Abiertos al cambio
Una de las acepciones que tiene la RAE para ciudadano es “hombre bueno”. Si buscamos culto la acepción que pienso que mejor se acopla es “Dotado de las calidades que provienen de la cultura o instrucción” y finalmente si buscamos autónomo encontramos “Que tiene autonomía.”
Desde
mi punto de vista después de haber consultado la RAE, un ciudadano culto y
autónomo de la sociedad digital es “aquel hombre/mujer a quien se le ha
enseñado para ser autónomo en el uso cotidiano de las tecnologías sabiendo
hacer frente a cualquier tipo de problema o situación problemática y haciéndolo
de una forma “buena”, es decir, haciendo un uso respetuoso de las mismas para
sí mismo y para con los demás.
Los
ciudadanos del siglo XXI deben ser capaces de realizar, a través de la red,
compras, gestiones con la administración, comunicarse con sus allegados,
realizar formación permanente…
Quiero
resaltar el hecho de que para que sea autónomo debe saber realizar todo
ello sin necesidad de un "guía" o alguien que le esté diciendo cómo y
cuándo debe dar cada paso. Con esto no quiero decir que deba saberlo todo, sino
que sepa cómo buscar la información o la ayuda sin la necesidad de que haya una
persona físicamente a su lado, es decir, que sepa -por ejemplo- buscar y
encontrar video tutoriales que le puedan ayudar en el problema o necesidad que
se le haya planteado.
Respecto
a lo que pienso sobre el modelo educativo más apropiado es que éste aún no
ha llegado, al menos en España. Nuestro modelo educativo hace referencia a la
tecnología de cara al alumnado de primaria y de secundaria, pero ¿cómo vamos a
implantarlo si los docentes no estamos preparados para ello? Pero es más, ¿se
está haciendo alguna cosa desde las universidades para que las nuevas generaciones
de docentes sepan implantarlo e implementarlo?
Sé
que hay centros “islas” en los que se procura implantar el uso de las tabletas
digitales, por ejemplo, en las aulas –incluso en ocasiones estas “islas” son
únicamente uno o dos profesores de un centro-. También sé que la formación de
estas personas ha sido de manera personal y autónoma, que en ocasiones no han
encontrado ni cursos a los que poder asistir para que se pudieran “asesorar” o
“guiar” en sus primeros pasos y que ha sido su propio aprendizaje mediante el
ensayo/error el que les ha ido guiando; aunque actualmente la formación del
profesorado ya está procurando “rellenar” estos huecos o espacios.
Son
muchas las ocasiones en las que el profesorado debe realizar “por voluntad
propia” su formación y los avances que considere adecuados y oportunos; sin
contar muchas veces con el apoyo de la administración. Los docentes debemos, en
demasiadas ocasiones, nadar contracorriente para poder llevar la educación al
S. XXI; bajo mi punto de vista, si todos fuéramos a una, los avances serían
mucho más rápidos y productivos ya que contaríamos con mayores cuotas de
feedback en todo tipo de centros educativos.
Pienso
que esto no debería ser así, pienso que se nos debería formar mejor desde un
inicio y se debería incentivar a aquellas personas que están en un aprendizaje permanente
,así como facilitar-lo.